Proteger a tu peque en días de viento es muy importante. El sol es fuente de vida y nos da hasta un buen color de cara, pero cuando llega el mal tiempo debemos ser precavidos con nuestros hijos. Para que no te preocupes porque puedan enfermar, te decimos cómo protegerles en los días de viento, sobre todo durante el invierno.
¿Cómo resguardar a tus pequeños del viento?
Porque a veces se hace necesario salir a la calle, ya sea para llevarlos al cole o de paseo, debes proteger muy bien a tus hijos, especialmente cuando sopla el viento durante días fríos. Obviamente atrincherarse dentro del hogar durante todo el invierno no es una opción, puesto que tanto los peques como los papis tienen que salir a la calle de manera rutinaria e incluso también en sus momentos de ocio.
La exposición al viento es causa de que aparezcan enfermedades respiratorias, como bronquitis, catarros, resfriados, etc. El fuerte aire también interviene en el contagio de la gripe. Otro gran problema, como es la neumonía, suele ser producto de ir desabrigados. No quiere decir que porque salgas a la calle con tu peque siempre corra riesgo de coger neumonía, pero hay casos extremos en los que, si se suman el frío y el viento, pueden ser un factor preocupante.
Recuerda que los más pequeños, al tener un sistema inmunitario más débil, son más sensibles a contraer enfermedades. Por eso, cuando veas que hace un día de viento, debes proteger bien las vías respiratorias de tu pequeño, con el fin de que no respire aire frío, que terminaría enfermándole. Tampoco debes exagerar con la ropa de abrigo: si suda demasiado se expone igualmente a infecciones. Lo importante es encontrar un equilibrio en su vestimenta que le permita ir cómodo a la par que bien protegido y abrigado.
Abrigar a un bebé o a un peque más grande
Cuando llevas en su cochecito a tu bebé, no hay mejor resguardo del viento que esa capota o burbuja de plástico que contiene. Ten en cuenta que los bebés no regulan su cuerpo como nosotros, por lo que necesitan un poco más de abrigo. Se les puede cubrir con una mantita o una capa más de la que llevamos nosotros.
A los pequeñines que ya no necesitan cochecito, no olvides ponerles una bufanda que les tape bien su boquita y su nariz. Un gorro es perfecto para los fríos más extremos. La ropa, más que abultada, debe dejar transpirar.
Por ejemplo, la primera capa de tu hijo puede ser poliéster que, aunque no es tan transpirable, sirve para repeler el frío. Esta debe ser ajustada al cuerpo, para que se sienta más abrigado. Una prenda holgada no resguarda igual que una más pegada. Con esto no hará falta ir sumándole tantas capas.
Sus manitas deben estar muy protegidas. El viento reseca mucho la piel, pudiendo crear sabañones. Por eso, es necesario aplicarle, durante esta época fría, crema hidratante, como Cicaplast Manos de la Roche-Posay. Cuando salga a la calle contigo, no olvides protegerle con guantes, para paliar el efecto de sequedad.
Higiene: factor importante
Porque su salud es muy importante, una buena higiene diaria le servirá ante la proliferación de bacterias que pueden generarse por el sudor, a causa de ir bien abrigado. El baño diario es, por eso, imprescindible. Al protegerle de las inclemencias del frío podemos hacer que se enferme por el excesivo sudor y la falta de hidratación.
Proteger a tu peque en días de viento es necesario. Debes abrigarlo, pero sin exagerar. Recuerda que su piel ha de estar perfectamente hidratada, así que protégelo contra las inclemencias del frío aplicándole cremas para ese fin.
Siguiendo estos consejos y apoyándote en los productos de Más Pañales, conseguirás asegurar el bienestar de tu peque y evitar en medida de lo posible los riesgos en días de viento.
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Por tanto, cuando tu bebé empiece con los primeros síntomas de malestar, ya sabes lo que debéis de hacer. Con algo de información previa y las herramientas adecuadas, conseguiréis asegurar su bienestar en la medida de todo lo posible. ¡Te esperamos con mucha ilusión en Más Pañales!