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Enfermedad mano pie boca ¿Sabes lo que es? por Lucía mi pediatra

  • Hemos pedido cita porque el niño lleva un par de días con fiebre y ahora se niega a comer. No para de llorar y babear. Además esta mañana le he visto varias llagas en la boca. Al vestirle para venir para aquí he descubierto unas manchitas en las manos y en los pies y ya me he asustado.

En apenas 3 minutos de conversación y a golpe de vista de del pequeño José, ya tenía el diagnóstico claro.

La verdad es que describió esta enfermedad no se estrujó mucho los sesos con el nombre que eligió: “Enfermedad de mano-pie-boca” cosa que es de agradecer cuando tienes que aprenderte cientos de nombres de enfermedades con nombres imposibles.

La enfermedad mano-pie-boca es una infección vírica leve-moderada producida por la familia de los Enterovirus, entre los cuales el más frecuente es el Coxackie A16 . Cursa con fiebre, pequeñas úlceras en lengua, paladar y labios, lesiones alrededor de la boca, pequeñas vesículas en manos y en pies afectando a palmas y plantas y con relativa frecuencia afectación también de la zona genital.

La duración aproximada de los síntomas es entre 5 y 10 días aunque la fiebre no suele durar más de 3 días. El periodo de incubación es de 3 a 6 días desde que se estableció el contacto.

 ¿Cómo se contagia?

Como la inmensa mayoría de las infecciones infantiles: a través las gotitas de saliva de otro niño enfermo (al hablar, toser, besar y achuchar), a través de nuestras manos, juguetes o utensilios que hayan estado en contacto con el paciente y por supuesto tras la manipulación de las heces ya que el virus se excreta vía digestiva y a través de la saliva.

¿Se puede prevenir?

No hay vacuna disponible. La medida preventiva más eficaz para prevenir este tipo de infecciones como otras muchas, es el lavado frecuente de manos y de los objetos que han estado en contacto con un niño enfermo (juguetes, cambiadores, toallas…)

¿Cuál es el tratamiento?

Al tratarse de una infección vírica no existe tratamiento curativo. Como sabéis los antibióticos no ayudan en este caso por lo que no se deben administrar. El tratamiento va encaminado a aliviar los síntomas fundamentalmente el dolor en la boca que les imposibilita comer durante unos días. Las lesiones en manos y pies no les suelen molestar:

  • Usaremos paracetamol si hay fiebre y malestar.
  • Generalmente nos apoyamos en geles orales que ayudan a calmar las molestias de las úlceras de la boca y/o en cremas que aceleran el secado y cicatrización de las lesiones periorales (alrededor de la boca)
  • Mantener y asegurar un buen estado de hidratación: debemos ofrecerles agua con regularidad a lo largo de todo el día.
  • Evitar comidas calientes así como alimentos ácidos. Yo siempre digo a mis pacientes: “si a nosotros nos sale una llaguita en la lengua y ya no hay quien nos aguante, imaginaros si se nos llenara la boca como les ocurre a los niños”
  • Durante estos días ofrécele comidas fresquitas, evitando el exceso de dulce y de sal, respeta sus gustos y preferencias y asegúrate que beba a lo largo de todo el día.

Cuando estaba a punto de terminar con todas las explicaciones a los padres de José , de pronto el padre me dice:

  • ¿Lucía, esto lo pueden tener los adultos? Porque creo que estoy empezando… – me dijo señalándose a la boca con evidente gesto de dolor.
  • Mucho me temo que sí. No es lo habitual, pero no eres el primer caso. Es más, que lo pase Tomás este otoño no le exime de volverlo a pasar ya que hay varios enterovirus dentro de esta familia causantes de la enfermedad.
  • Pues qué bien- añadió el padre resignado.
  • No te preocupes- añadí- es una enfermedad leve, sin secuelas. Las complicaciones son excepcionales.

Con toda la información, Jose y sus padres salieron de la consulta algo más tranquilos, pero con la mente puesta en la organización laboral y familiar de los próximos días.

A las 4 semanas acuden de nuevo, esta vez bastante más preocupados que el mes anterior. No esperaron ni a sentarse para decirme:

  • Lucía, mira. ¡Se le están cayendo las uñas! – me dicen alarmados plantándome la manita de José sobre la mesa.

El niño, ajeno a la preocupación de sus padres, reía feliz e intentaba cogerme el pelo sospecho que para darme un buen tirón…

  • Es un síntoma relativamente frecuente a las 5-6 semanas de haber pasado la enfermedad. Las uñas se pueden ir despegando hasta desprenderse totalmente sin dolor, ni complicaciones. Normalmente afecta a las manos pero en ocasiones también se les caen las de los pies. Hay que mantener una buena higiene e hidratar bien sus deditos hasta que salga la uña nueva.

Mientras les iba contando con detalle como las uñas se irían despegando, la cara del padre de Jose iba cambiando de color.

  • Lucía, si no te importa, me puedes decir que esto que me está pasando en las uñas no es esto mismo de lo que estás hablando.

Le cogí las manos, le examiné las uñas detenidamente, me detuve en una que parecía que estaba pidiendo pista, le miré a los ojos, le sonreí y le dije:

  • Tranquilo, se te caerán, pero no te dolerá nada.

Esto es lo que tiene la maternidad y la paternidad, compartir lo bueno y lo malo ¿no?

Hasta pronto.

Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra y escritora.

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