En España, la decisión de formar una familia se ha ido retrasando en los últimos años y el índice de natalidad ha decrecido. Esto ha propiciado cambios sociales pese a que la comunidad científica recomienda tener los hijos antes de los 35 años, una edad a partir de la cual, la maternidad puede entrañar ciertos riesgos.
En el caso de la mujer, a partir de la treintena, la fertilidad comienza a disminuir de forma exponencial. Y en el hombre, la mayor capacidad reproductora llega con la veintena y disminuye a partir de los 35. Con 40, el ADN del esperma puede empezar a fragmentarse y provocar infertilidad.
¿Cuáles son, entonces, los motivos que repercuten en la baja tasa de natalidad actual?
Tasa de natalidad
Si no tienes trabajo y no puedes poner en marcha tu proyecto de vida, lo más lógico es que vayas demorando la decisión de procrear.
El mercado laboral, sin duda alguna, no ofrece las garantías de estabilidad necesarias para formar una familia. Por tanto, podríamos decir que los contratos precarios, los sueldos bajos y las largas jornadas laborales son algunas de las principales causas del descenso de los nacimientos y de la maternidad tardía en España.
De hecho, uno de los caballos de batalla de las familias españolas es la falta de posibilidades de conciliación de su vida personal y laboral. Ciertamente aunque ha habido avances recientes en este tema, todavía queda mucho por hacer para ofrecer a los jóvenes unas verdaderas condiciones que les permitan hacer realidad su ilusión de ser padres.
Factores económicos de la maternidad
Cada generación suele tratar de superar a la anterior, en términos económicos y de bienestar social. Pero en la sociedad actual, donde el trabajo escasea y los sueldos son bajos, esta regla no se ha cumplido.
Tener hijos significa gastar más en cuidados, alimentación, salud y educación. Y eso, unido a las escasas posibilidades de encontrar un empleo con buenas condiciones, da como resultado una disminución de la tasa de natalidad.
Riesgos y avances médicos y farmacéuticos
Actualmente tienes acceso a un amplio abanico de métodos anticonceptivos muy fiables, que te permiten planificar tu descendencia. Además, los métodos de interrupción voluntaria del proceso de gestación son seguros desde el punto de vista sanitario. Esto ha provocado la disminución de los embarazos no deseados entre jóvenes y adolescentes.
Por otra parte, los avances médicos y tecnológicos en reproducción asistida te ofrecen garantías de poder concebir a edades muy tardías, incluso a partir de los 40 años, sin los riesgos que eso suponía hace tan solo unos años.
Cambio de valores sociales
Desde la segunda mitad del siglo XX, los valores relacionados con la maternidad han ido variando. Ya no está mal visto que no tengas hijos o que los tengas más tarde. Tienes más libertad para decidir el momento en que quieres tenerlos, porque la presión social es menor.
Lo que sí parece seguro es que, en cuestión de natalidad, no hay una edad ideal para ser padres. La mujer que desee tener al menos tres hijos, debería empezar joven para poder espaciar un poco los partos y la crianza pero si solo deseas tener uno, tienes más margen de decisión.
No pierdas la ilusión de tener hijos
Ser papás es una decisión muy personal y que debe ser consensuada en pareja. Si decides tener hijos, ellos te aportarán la fuerza y el sentimiento que necesitas para sacar la mejor versión de ti. Traerán mucha felicidad a vuestro hogar ya que su amor y dulzura os enternecerán. El esfuerzo y la motivación se verán recompensados. Los peques, sin duda alguna, llenarán vuestro mundo de ilusión y cariño hasta el final.
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