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Mi primera ECO, ¿todo estará bien?

En el instante en que una pareja sabe que va a tener un bebé, empieza una etapa de ilusiones y de alegrías pero también de ciertas preocupaciones para que todo salga bien. Desde el momento de la prueba de embarazo hasta la primera ecografía todos son dudas e incertidumbres acerca de la salud de tu futuro hijo/a.

¿Qué es una ecografía?

Una técnica para explorar los órganos internos del cuerpo humano a través del análisis del eco de las ondas electromagnéticas o acústicas lanzadas al lugar que quiere examinarse.

Este tipo de prueba de diagnóstico es muy utilizado durante el embarazo, ya que es totalmente inocuo para el organismo de la madre y del bebé.

A lo largo de toda la gestación se realizarán al menos tres ecografías para descartar problemas o malformaciones en el feto. Es posible que el ginecólogo recomiende hacer alguna más, dependiendo de diversos factores.

Durante el primer trimestre, es del todo recomendable hacer la primera eco aproximadamente a las 12 semanas de gestación.

¿Qué es el triple screening?

Además de las pruebas de ultrasonidos, durante el primer trimestre se realiza un test conocido como triple screening. Se trata de una prueba de cribado destinada a detectar ciertas alteraciones genéticas en el embrión.

Esta prueba se realiza mediante un análisis de sangre. No se trata de una prueba invasiva y no implica ningún tipo de riesgo ni para la madre ni para el feto.

Suele realizarse entre las semanas diez y trece de gestación aunque se considera más fiable cuando se hace entre la semana once y la doce.

Los resultados de esta prueba no suponen un diagnóstico sino que indican el índice de riesgo que existe de que el futuro bebé pueda presentar alteraciones cromosómicas, como el Síndrome de Down (trisomía 21), el Síndrome de Edwards (trisomía 18) o defectos en el tubo neural.

Este análisis se compara también con los datos ecográficos aportados por el ultrasonido del primer trimestre, donde se mide la traslucencia nucal, también conocida como pliegue nucal. Los valores del pliegue y del triple secreening se sopesan junto con ciertos datos estadísticos, como la edad de la madre, la raza, el peso, su salud en general, etc. Mediante un algoritmo, se determina el riesgo de que el feto pueda padecer alguna de estas alteraciones genéticas.

Si el riesgo es superior a uno entre doscientos setenta, los ginecólogos recomiendan hacer otro tipo de estudios más determinantes, como una amniocentesis o una biopsia corial. Estas pruebas sí son invasivas y suponen algunos riesgos, por lo que deben realizarse únicamente cuando el riesgo de alteraciones es importante.

Las pruebas diagnósticas se realizan siempre con el consentimiento de la madre. Puesto que el triple screening solo arroja porcentajes de riesgo, no supone un diagnóstico definitivo y, si la madre considera un peligro muy elevado practicarse una amniocentesis, puede decidir no hacerla.

A lo largo del segundo trimestre se realizará una ecografía esencial, la de las veinte semanas, donde se estudiará la anatomía del feto casi al completo. Y ya en el último trimestre se controla el peso y el tamaño, así como la cantidad de líquido amniótico.

En nuestro blog de maspanales.com/es encontrarás información y noticias de interés para padres primerizos y embarazadas. No dudes en consultar a tu médico especialista durante el desarrollo de tu embarazo: vigila tu salud y la de tu bebé.

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